domingo, 26 de agosto de 2012

La venida de los dioses

Y de repente me sentí tan libre que me maree, tan libre y grande que veía mi propia vida tan insignificante que me parecía increíble que todos nosotros pudiésemos caber en unos cuerpos tan pequeños, tan... humanos.
Había mucha gente y estaban todos desorientados. Me acerqué a Hestia, no se muy bien como pero sabia que era ella. Pregunte por mi hermana pero solo sonrió, o eso me pareció. Era demasiado extraño.
Había mucha gente que era de mi familia y yo ni siquiera conocía.
Un joven se acercó, me hizo una reverencia y se dio la vuelta. Ésto lo repitió otra joven. Después un hombre mas mayor y algunos más. Esto parecía ser la gota que colmaba el vaso.
Tenía que encontrar a alguien que me explicase que estaba sucediendo y donde estaba mi hermana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario